martes, 7 de diciembre de 2010

Mariano Retro

Mariano Retro reúne lo mejor de la plástica ecuatoriana

A través de la exposición Marino Retro, que se extenderá hasta el 25 de febrero del 2011, se reunirá a los grandes artífices de las artes plásticas ecuatorianas. En un mismo espacio la ciudadanía podrá admirar y tener una visión de lo más significativo del arte de nuestro país.

En el ex Antiguo Hospital Militar, se podrá observar hermosas obras de los artistas Galo Galecio, Jaime Valencia, Oswaldo Viteri, Germania de Brehil, Araceli Gilbert, Eduardo  Kingman, Gilberto Almeida, Nelson Román, Ramiro Jácome, Carlos Viver, Mariela García, Mariana Fernández de Córdova, Mario Ronquillo, Luigi Stornaiolo y de otros pintores, escultores, grabadores, hombres y mujeres, que dejaron su profunda huella de trabajo y perseverancia y que quedará grabada para siempre en el panorama del arte ecuatoriano.

Objetivo del evento
  • El fin es difundir la recopilación de obras de arte pertenecientes a los ganadores del Salón desde 1917 hasta el 2008 (último emisión), las mismas que han sido acopiadas de 4 reservas públicas y varias privadas.
  • Presentar el documento de conceptualización y redefinición de este Premio, que es el más antiguo del Ecuador, con el ánimo de visibilizar el compromiso de apoyo e incentivo por parte del MDMQ a la producción artística contemporánea, fortaleciendo el nombramiento de Quito como Capital Cultural de América.

Importancia del “Mariano Retro”

Esta retrospectiva es importante en este momento con relación al Bicentenario y a la Capital Americana de la Cultura 2011, porque es una ocasión para hacer una síntesis de todo el arte plástico ecuatoriano del siglo XX y lo que va del XI.

Sera una demostración de la vitalidad cultural de Quito y sin duda es una de las razones para ser Capital Americana de la Cultura.

Muchos de los artistas merecedores del premio Mariano Aguilera, en las décadas del 20 al 50 trataron el tema indigenista, mostrando parte de la identidad nacional y de América, como un mecanismo de denuncia y compromiso social.

Historia del Salón Mariano Aguilera

Un acto de filantropía de un miembro de la Ilustre Municipalidad de Quito, quien en 1917 donó un inmueble para que con el producto de su arrendamiento anual se entregaran tres premios para las tres mejores obras artísticas del año, fue el inicio de este Salón. Han participado los más grandes exponentes de la plástica ecuatoriana.

Esta actitud generosa venía de la mano con la inquietud de un respetable grupo de artistas de la segunda década del siglo XX, que buscaban nuevos caminos para expresar la patria, para pintarla y esculpirla desde otra voz, desde otro rasgo, desde otra perspectiva, alimentada y enriquecida no solamente por la pintura de la época colonial —de extraordinaria mano de obra indígena, mestiza, y modelo europeo–, sino con todo ese universo bullente y singular de los movimientos artísticos de la Europa de fines del XIX y principios del XX, cuya tenaz vocación y audacia para asumir la obra de arte cambiaría para siempre los cánones de la pintura universal.

Apenas en veinte años, de 1917 a 1940, el arte ecuatoriano se estremeció y tomó aliento a propósito de tres acontecimientos importantes. En 1917, el nacimiento del Salón Mariano Aguilera; en 1939, la inauguración del Salón de Mayo del Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador, cuyo secretario fue el recordado periodista Jorge Reyes; finalmente, el 28 de octubre de 1940 se fundó la Galería Caspicara, con Eduardo Kingman como director.

En 1982, sesenta y cinco años después de la creación del Salón Mariano Aguilera, el Municipio de Quito realizó una retrospectiva que permitió admirar la diversa simbología y presencia del arte de nuestro país, ese espíritu contestatario y rebelde, melancólico y dramático, que son rasgos sobresalientes de nuestra identidad y que nos permitieron conocer las obras de extraordinarios artistas como Galo Galecio, Jaime Valencia, Oswaldo Viteri, Germania Paz y Miño, Luigui Stornaiolo, entre otros pintores.

Ahora, en este nuevo proceso histórico que está viviendo nuestro país, a noventa y tres años de que el gran Víctor Mideros recibiera la cantidad de trescientos dieciséis sucres por el Primer Premio del Salón Mariano Aguilera, es preciso enriquecer nuestra memoria, rendir homenaje a los artistas que nos han precedido, abrazar sus colores y sus formas, comprender que el arte alienta la revolución y su historia; y que, definitivamente, la obra de arte se desprende siempre del contexto sociopolítico que al artista le ha tocado vivir, razón por la cual el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito se ha planteado la necesidad de redefinir los contenidos de este premio para reposicionarlo en el contexto nacional e internacional.

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